Toda
plenitud
En Colosenses 1:19 y 2:19 el apóstol Pablo dice que en Jesucristo habita toda
la plenitud del Padre, παν το πληρωμα:
οτι εν αυτω ευδοκησεν παν το
πληρωμα
κατοικησαι
“porque en él pensó bien toda la plenitud habitar”
(Westcott and Hort Colosenses 1:19).
οτι εν αυτω κατοικει παν το πληρωμα της θεοτητος
porque en él
habita toda la plenitud de la naturaleza divina
σωματικως
corporalmente” (N.T. Interlineal Westcott and Hort Colosenses
2:9).
La Biblia Reina Valera como siempre tuvo la cortesía de apegarse
a una traducción más fiel:
“por
cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud” (Colosenses 1:19).
Porque en
él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses
2:9).
Investigue por propia cuenta en un buen Diccionario.
¿Qué significa la palabra toda?
¿Qué significa la palabra plenitud?
¿Qué significa la palabra Deidad?
Bien pudiéramos decir que
solo un cabello o un dedo del Hijo no tienen la sustancia plena del Padre, pero el
Espíritu Santo dijo que en él habita toda la plenitud, en cuanto a Deidad, imagen, sustancia y naturaleza se refiere, y no
hay excepciones.
La Hipóstasis
ος ων απαυγασμα
quien siendo resplandor
emitido hacia adelante desde
της δοξης και χαρακτηρ
de el esplendor y impresión (como copia exacta)
της υποστασεως αυτου
de la estar de pie
debajo de él. (Hebreos 1:3).
El significado
etimológico de la palabra Hipóstasis es: Fundamento “estar de pie debajo de él”.
Los cristianos primitivos como Orígenes, Atanasio, Crisóstomo, Agustín,
Teodoret, Virgilio y Juan Damasceno entendían el concepto, que Fundamento era equivalente a
Sustancia. El Hijo es el fundamento, la sustancia
misma que tiene el Padre.
Hipóstasis: Etimológicamente se deriva del término griego hipostasis, en latín
substantia, essentia, en español substancia, esencia. Este significado original
en la teología cristiana se abandonó cuando el término griego ousía, que
significa también esencia, substancia,
se reservó para expresar la esencia divina común al Padre, al Hijo y al
Espíritu Santo. Desde la segunda mitad del siglo IV tras el decisivo impulso de
los Padres capadocios (Basilio, Gregorio Nacianceno y Gregorio Niseno), el
término hypóstasis empezó a usarse gradualmente para expresar lo que las
divinas Personas tienen de propio e incomunicable en su dar y en su recibir
intradivino.
(DICCIONARIO DE TEOLOGÍA)
A partir de la Hipóstasis
de Cristo Jesús se originan estos dos principios básicos:
1.
Solo Cristo Jesús se
deriva de la Sustancia de Dios.
También
se puede deducir que las criaturas como el arcángel Miguel no tienen la misma
sustancia de Jesucristo, porque fueron creadas de la nada.
2.
Ningún ser creado de
la nada se deriva de la sustancia de Dios.
Cuando Dios dijo: “Hágase”, todas las cosas fueron hechas por el poder
de su palabra; todo fue creado a partir de la nada, la Biblia no habla que alguna criatura tenga la
Hipóstasis del Padre, solo Cristo Jesús.
La historia secular sobre Arrio.
La primera controversia surgió sobre la doctrina de la Trinidad,
especialmente la relación del Padre y del Hijo. Arrio, un presbítero de
Alejandría, alrededor de de 318 d.C. expuso la doctrina de Cristo, aunque
superior a la naturaleza humana, era inferior a Dios y que no era eterno en
existencia, sino que tuvo un principio. El opositor de esta de esta idea fue
Atanasio, también de Alejandría. Afirmaba la unidad del Hijo con el Padre, la
deidad de Cristo y su existencia eterna. La controversia se extendió por toda
la iglesia y, después que después que Constantino procuró en vano dar fin a la
contienda, convocó un concilio de obispos que se reunieron en Nicea, Bitinia,
en 325 d.C. Atanasio, que en ese tiempo solo era diácono, tenía voz pero no
voto. A pesar de eso logró que la mayoría del concilio condenase las enseñanzas
de Arrio, en el credo Niceno. Sin embargo Arrio era políticamente poderoso.
Muchos de las clases más elevadas, incluso el hijo y sucesor de Constantino,
sostenían sus opiniones. Cinco veces enviaron a Atanasio al destierro y vuelto
a llamar el mismo número de veces.
LIBRO HISTORIA DE LA IGLESIA CRISTIANA. AUTOR JESSE LYMAN HURLBUT.
Si el Obispo católico de Alejandría, Arrio, hubiera ganado su caso en
el Concilio de Nicea, también hubiera convencido al emperador Constancio hijo de
Constantino, y en la actualidad la mayoría del mundo sería Arriano o mejor
dicho testigo de Jehová. Es verdad que los arrianos mejor conocidos como
“testigos” se cuentan por millones en todo el planeta, pero ni significa que su
conocimiento exacto esté centrado sobre las verdades de Dios.
Estos argumentos son solo un fragmento de lo que falta en esta exposición. ¡¡Gloria a Dios!! ¡¡Aleluya!!
Estos argumentos son solo un fragmento de lo que falta en esta exposición. ¡¡Gloria a Dios!! ¡¡Aleluya!!
CONTINÚA...
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