CONTRA EL RUSELISMO PARTE II
La generación
La Escritura misma
habla sobre la existencia del
Padre y la existencia del Hijo, deja en claro la generación en el Padre y la generación en el Hijo, demuestra
una gran diferencia entre
ambos. Aunque el Padre y el Hijo se
llaman Jehová (Éxodo 6:2-3; Jeremías 23:5-6; 33:15-16), son dos Seres
distintos. Por las mismas Escrituras queda comprobada la filiación; es evidente que el Padre engendró al Hijo.
El Antiguo Testamento
presenta evidencias irrefutables acerca de la filiación e inmutabilidad entre progenitor y engendrado.
Salmo 2:7 el Padre
hablando en primera persona: “Yo seré a él Padre”
El Padre refiriéndose a una segunda
persona: “Y él me será a mí hijo”
En Salmo 2:8 está el Padre diciéndole al
Hijo, pídeme:
“Pídeme, y
te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la
tierra”.
El rey David no reinó sobre todas las naciones que existían en su
tiempo, él no tomó como posesión los confines de la tierra.
Luego entonces esta palabra profética no aplica al rey David, sino a Cristo
Jesús.
En Salmo 2:11 el rey David dice que adoremos al Padre con temor y temblor:
“Servid a Jehová
con temor, Y alegraos con temblor”.
Y en el Salmo 2:12 el rey David profetiza que honren al Hijo de Dios:
“Honrad al
Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto
su ira. Bienaventurados todos los que en él confían”.
Proverbios 8:30 dice que Jesucristo estaba junto a su Padre creándolo
todo:
“Yo estaba con Él
como alguien en quien Él podía confiar. Para mí, todos los días son pura
delicia, mientras jugaba en su presencia todo el tiempo”.
En Proverbios 30:4 el profeta Agur pregunta por el nombre del Padre y
el nombre del Hijo (y no conocía el evangelio de Jesucristo).
¿Quién ha
subido al cielo y ha descendido? ¿Quién ha atrapado al viento en la taza de su
mano? ¿Quién ha envuelto las aguas en su manto? ¿Quién tiene dominio de los
confines del mundo? ¿Cuál es Su Nombre y cuál es El Nombre de su hijo?
¡Seguramente tú sabes!
El Nuevo Testamento
presenta evidencias de que el Padre mayor
es que Jesucristo:
“Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las
puede arrebatar de la mano de mi Padre”
(Juan 10:31).
“Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros.
Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque
el Padre mayor es que yo” (Juan 14:28).
En el bautismo de Jesucristo está presente la Trinidad,
el Padre en el cielo, el Hijo emergiendo de las aguas bautismales y el Espíritu
Santo como paloma descendiendo del cielo.
“Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua;
y he aquí los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que
descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo
3:17).
Es verdad que Dios es uno (Dt. 6:4), también es
verdad que el Padre es Omnipresente, puede estar en todas las galaxias del
universo, puede estar en todos los puntos de la tierra a la vez; y al mismo
tiempo estar presente en el bautismo de su Hijo amado. Pero es tonto y ridículo creer que
el único Dios puede proyectarse en tres “modos” diferentes: Como Padre, como Hijo
y como Espíritu Santo, a partir de un solo Ser. El modalismo de los sabelianos,
está basado en un absurdo argumento que solo ha confundido a los cristianos
evangélicos pentecostales unitarios.
Esteban uno de los seis diáconos, vio a dos
personas en el cielo, a Jesús a la diestra de Dios:
“Pero
Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria
de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios” (Hechos 7:55).
La otra diferencia que hay entre el Padre y el
Hijo la encontramos en
1Corintios 15:27.
“Porque todas
las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han
sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las
cosas”
Es incongruente que el Dios único haga un desdoblamiento y forme dos
personas distintas; para cumplir lo que dijo en 1Corintios 15:27, que el Padre le sujete al Hijo todas las cosas.
La
inmutabilidad
Un diccionario explica la inmutabilidad en tres simples
palabras: “Que no cambia”.
Otro diccionario la explica mejor: “Que no cambia ni puede ser
transferido a otro”.
Santiago el siervo de Dios y del Señor Jesucristo dice que en el Padre
glorioso no hay mudanza o mutabilidad;
el Padre es inmutable.
“Toda
buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces,
en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17).
¿Pero sustancialmente qué es lo que no cambia ni puede transferirse dentro de la misma Trinidad? La
personalidad o identidad.
El Padre no puede cambiar a Hijo porque es inmutable, y su “εγω” (Yo interno) no puede ser transferido a otra
persona. En el A.T., Malaquías 3:6 habla de la inmutabilidad de Jehová, el
Padre manifestando todos sus atributos, su identidad “Yo Soy el que Soy”, sus
estatutos, su amor que no destruye sino que edifica, su demanda de ser honrado,
adorado y exaltado.
Jehová el Hijo también es inmutable por lo tanto no puede cambiar a
Padre. El sigue siendo Cristo Jesús y su “εγω” (Yo interno) tampoco puede transferirse a otra
persona; oberve que el N.T. dice que Jesús es el mismo desde la eternidad y hasta la
eternidad, pero con respecto a nuestro tiempo , puede decirse que él es el
mismo en el pasado, en el presente y en el futuro (Hebreos 13:8). Jesús desde la eternidad ha
estado a la diestra del Padre (Juan 17:5) con gloria y majestad, como un ser
espiritual y, cuando él descendió a
la tierra repartió dones a los hombres llevándose nada más una cosa al cielo, el cuerpo humano.
¿Dónde dice la Biblia que Jesús es el Dios único, y que puede manifestarse en tres "modos" diferentes como Padre, Hijo y Espíritu Santo? No existe tal argumento bíblico.
¿Dónde dice la Biblia que Jesús es el Dios único, y que puede manifestarse en tres "modos" diferentes como Padre, Hijo y Espíritu Santo? No existe tal argumento bíblico.
El apóstol Pablo dice que el Padre habita en luz inaccesible (1Timoteo 6:16). Que solo el Padre es inmortal ¿Si recuerda amado lector que el Hijo murió
en la cruz por nuestros pecados?
Nuestro Señor Jesucristo habló respecto a su vida: "Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar" (Juan 10:14-18).
El cuerpo humano del Hijo sirvió como ofrenda excelente para el Padre, fue el mejor sacrificio para redimir la vida de toda la humanidad. Luego entonces el Padre y el Hijo son diferentes.
Nuestro Señor Jesucristo habló respecto a su vida: "Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar" (Juan 10:14-18).
El cuerpo humano del Hijo sirvió como ofrenda excelente para el Padre, fue el mejor sacrificio para redimir la vida de toda la humanidad. Luego entonces el Padre y el Hijo son diferentes.
CONTINÚA…
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te llene de ciencia y sabiduría de lo alto.
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