CAPÍTULO
XV
AÍDIOS Y KAIRÓS
Debemos saber que existen dos líneas paralelas de tiempo, muy
distintas y totalmente opuestas. Están los tiempos eternos de Dios y los
tiempos limitados del ser humano. Como ya sabemos el hombre es perecedero. Solamente
el NT demuestra con pruebas contundentes de que el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo son eternos.
Por medio del evangelio podemos distinguir al Padre como: Dios y Padre
de Jesucristo, Padre de las luces y Dios eterno:
“26 pero que ha sido manifestado ahora, y que por las
Escrituras de los profetas, según el mandamiento
del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a
la fe” (Romanos 16:26).
El autor de Hebreos tiene la evidencia de que el Hijo es eterno; sin
principio de días ni fin de vida:
“3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni
fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para
siempre” (Hebreos 7:3).
El sacerdocio de
Jesucristo es inmutable, significa que nunca podrá ser transferido a otro ser,
que desde la eternidad y para la eternidad el Hijo ha sido y será sacerdote del
Padre:
“24 mas éste, por cuanto
permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente
a los que por él se acercan a Dios, viviendo
siempre para interceder por ellos” (Hebreos
7:24).
El apóstol Pablo dijo que el Espíritu Santo
procede de Cristo Jesús (Romanos 8:9) y el autor de los Hebreos muestra
fehacientemente que el Espíritu Santo es eterno:
“14 ¿cuánto más la
sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin
mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis
al Dios vivo?” (Hebreos 9:14).
Luego entonces, si el Espíritu Santo es eterno también lo es
Jesucristo.
Los tiempos de Dios, aídios y aiónios.
La Septuaginta en griego koiné aplica las palabras aídios y aiónios a nuestro Dios. Para el hombre es imposible determinar con su
mente finita los parámetros de la eternidad. Si el Hijo fue engendrado en la
eternidad, entonces el hombre no puede hacer un cálculo siquiera impreciso para
demostrar la diferencia de edades entre Padre e Hijo.
Las palabras griegas aídios y aiónios hacen una clara
referencia sobre la eternidad de nuestro Dios:
Eterno G126 ἀΐδιος aídios: duradero (hacia adelante o hacia atrás, o solo hacia adelante): eterno, eterna.
Eterno G166 αἰώνιος aiónios: perpetuo (también usado del tiempo pasado, o pasado y futuro
igualmente): sempiterno, siglo, eterno.
Diccionario Strong en Español
La
palabra αἰώνιος aiónios se
encuentran en los siguientes textos:
1.
El mandamiento del Dios eterno. Romanos 16:26.
2.
Conforme al propósito eterno que hizo en Jesús.
Efesios 3:11.
3.
Mediante el Espíritu Eterno. Hebreos 9:14.
4.
Generosa entrada en el reino eterno de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo. 2Pedro 1:11.
5.
De los tiempos de los siglos (χρόνος-αἰώνιος) 2Timoteo 1:9.
6.
Fuego eterno. Mateo 25: 41
7.
Castigo eterno Mateo. 25: 46.
8.
Reo de Juicio eterno. Marcos 3:29.
Los tiempos limitados
del hombre, kairós y jronos.
Las palabras griegas kairós y jronos marcan un tiempo
que puede fragmentarse en eras, períodos, etapas, edades; lapsos de tiempo subdivididos
en pasado, presente y futuro. kairós y jronos son los tiempos limitados
que se aplican a la humanidad. Los tiempos eternos de Dios y los tiempos del
hombre no son iguales. La vida humana se transmite de generación en generación
porque su naturaleza es finita. Por tanto, el hombre no puede encasillarse en los
tiempos eternos de Dios. Es muy clara la diferencia entre ambos tiempos.
G2540 καιρός kairós de afinidad incierta; ocasión, i.e.
tiempo fijo o apropiado: oportunidad, sazón, tiempo.
G5550 χρόνος jrónos de
derivación
incierta; un espacio de tiempo (en general, y así propiamente distinguido, que designa una ocasión fija o especial; que denota un período
particular) o intervalo; por extensión una oportunidad individual; por implicación demora: edad, tiempo.
Las
palabras kairós y jronos se encuentran en los
siguientes textos:
1.
Tiempos de los gentiles, Lucas 21:24.
2.
Tiempos de refrigerio, Hechos 3:19.
3.
Tiempos de restauración, Hechos 3:21.
4.
Orden de los tiempos, Hechos 17:26.
5.
Guardáis los meses, los tiempos y los años.
Gálatas 4:10.
6.
En la dispensación de los cumplimientos de los
tiempos, Efesios 1:10.
Es imposible precisar la
diferencia de edades entre Progenitor y Engendrado, claro que eterno y
engendrado son dos palabras opuestas; sin embargo, el Hijo fue engendrado en los tiempos aídios o aiónios y no en los tiempos limitados de la humanidad (kairos y xronos).
El apóstol Juan dijo que debemos
amar al que engendró como al que es engendrado:
“1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que
engendró, ama también al que ha sido engendrado por él” (1Juan 5:1).
Y como el que engendra comparte
la misma sustancia y naturaleza del engendrado, luego entonces no existe gran diferencia
de edad y esto los hace coeternos.
CAPÍTULO
XVI
UN VELO PUESTO
EN EL CORAZÓN
“14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda
el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el
corazón de ellos. 16 Pero
cuando se conviertan al Señor, el velo se
quitará” (2Corintios 3:14-16).
En capítulos anteriores hablamos de sabelianismo, de las manifestaciones
de Jesús, de Elohim y Ejád, de Inmanencia, de Inmutabilidad, de la Imagen
y Sustancia
de Dios, de la Generación del Padre y del Hijo, de Eternidad y Filiación.
Estos temas preparan el terreno para explicar porqué razón el pueblo Israelita
nunca conoció sobre la existencia de la Trinidad.
El monoteísmo hebreo.
MONOTEÍSMO:
Del griego Monos = Uno y Theos = Dios, (μονοθεος). Esta
doctrina teológica enseña que solo existe un solo Dios.
Cuando
Elohim celebró el pacto con las 12 tribus de Israel en el monte Horeb, el
pueblo hebreo solo vio la presencia de un solo Dios, a partir de ese acontecimiento
el concepto teológico de Israel ha sido, es y seguirá siendo monoteísta.
Los
neosabelianos se amparan en este concepto y lo han convertido en su fundamento
principal:
“En una cierta ocasión un hombre se acercó al
Señor Jesucristo diciéndole estas palabras: Señor ¿Cuál el mayor mandamiento de
todos? Jesús respondió: El primer mandamiento de todos
es “Oye Israel el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu
Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:29).
No fue Tertuliano, no fue Sabelio, que el Señor
Jesucristo, cuando le preguntan a él ¿qué
es lo principal? el Señor dice: Lo
primero y lo principal es ACEPTAR EL CONCEPTO QUE DIOS ES UNO SOLO. Hay un solo
Dios. Lo mismo está en el Antiguo Testamento: “4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios
de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deuteronomio
6:4). Esta la base de la fe cristiana.
JORGE
MENDIZABAL APÓSTOL NEOSABELIANO DE LA IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA.
Según
la teoría de los apóstoles de la unicidad, Jesús enseñó que “lo
primero y lo principal es aceptar el concepto que Dios es uno solo”, y citan
Marcos
12:28 el cual es un texto paralelo de Deuteronomio 6:4.
Revisemos
rigorosamente el texto original de Marcos 12:28:
“28 Acercándose uno de los
escribas, que los había oído disputar, y sabía que les había respondido bien, le preguntó: ¿Cuál es el primer
mandamiento de todos? 29 Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye,
Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es” (Marcos 12:28).
Note usted que el escriba cuestionó
a Cristo, y el Señor sólo se concretó a responder mas no decretó ni estableció ni
promulgó a Deuteronomio 6:4 como la
base de la fe cristiana. Los conocedores de la Biblia saben que Jesucristo
abolió la ley del Antiguo Pacto en el cual está incluido Deuteronomio 6:4, y la
cruz da testimonio de ello en el monte calvario (Colosenses 2:14; Efesios
2:15).
Los apóstoles de la unicidad
pretenden ZOMBITIZAR a sus adeptos para que acepten como base de la fe cristiana un mandamiento
que está fuera del margen neotestamentario.
Un castigo más
que devastador.
Si
retrocedemos hasta el tiempo del rey Josías, veremos que
al pueblo judío le quedaba poco tiempo para poseer la luz de la sabiduría y del
entendimiento. Los judíos estaban a punto ser castigados por Elohim Yahweh, a
causa su rebeldía, prevaricación, obstinación, infidelidad e idolatría.
“16 que YAHWEH dice
esto: 'Yo voy a traer calamidad sobre este lugar y sobre sus habitantes, toda
palabra en el rollo que el rey de *Yahudáh ha leído; 17 porque ellos me
han abandonado y han quemado incienso a otros dioses, para provocarme
con la obra de sus manos. Por lo tanto mi furia arderá contra este lugar y no será
sofocada” (2Reyes 22:16-17 Traducción Kadosh Israelita Mesiánica Diego
Ascunce 2003).
יְהוָּדה *Yahudáh=Judá.
Aquel hermoso
pacto que era una gran bendición para Israel se convirtió en maldición, porque Yahweh
castigó con ceguera y sordera espiritual al pueblo que prevaricó contra Él. Todo
Judá, el rey, sacerdotes, levitas, profetas y el resto de la nación, fue
reprendido y castigado por causa de sus pecados, por tanto, era imposible
escapar de la sentencia del Elohim. De modo que Yahweh envió a Isaías a la
tribu de Judá para hacerles saber sobre su sentencia y castigo, un
castigo más que devastador para ellos:
“10 ¡Pues haz insensible
el corazón de este pueblo grosero, y sus oídos sordos para oír; y sus ojos ellos han cerrado; por si acaso
vean con sus ojos y oigan con sus oídos, y entiendan con sus corazones, y sean convertidos ellos
puedan hacer teshuvah y ser sanados!" (Isaías 6:10 Traducción Kadosh
Israelita Mesiánica Diego Ascunce 2003).
ְתּשוָּבה THESHUVAH =
Arrepentimiento.
Pero
la nación judía no se arrepintió a la reprensión de su Elohim Yahweh, sino que
persistió en la prevaricación e infidelidad espiritual, entonces Elohim envió nuevamente
al profeta Isaías para reafirmar la primera sentencia, pero esta vez el castigo
se agudizó más, porque la sentencia de Yahweh fue directamente hacia los
profetas. La comunicación bilateral entre Dios y su pueblo escogido estaba por
anularse:
“9 ¡Si ustedes se hacen
estúpidos, permanecerán estúpidos! ¡Si se ciegan a sí, permanecerán ciegos!
Están borrachos, pero no de vino; se están tambaleando, pero no de licor fuerte.
10 Porque YAHWEH vertió sobre ustedes un ruaj de letargo; El ha cerrado los ojos de los
profetas, y ha cubierto las cabezas
de los videntes. 11 Para
ustedes esta total visión profética se
ha hecho como el mensaje en un rollo sellado. Cuando uno se lo da a un
hombre entendido, y dice: "Por favor lee esto," él responde: "No puedo porque está sellado." 12 Si el rollo es dado a alguien que no es entendido, y le
pide: "Por favor lee esto," él dice: "No soy
entendido." 13 Entonces YAHWEH dijo: "Porque este pueblo se acerca a mí con palabras
huecas y el honor
que me rinden es un mero jarabe de pico; mientras de hecho han distanciado sus
corazones de mí, y su 'temor a mí' es sólo un *mitzvah de origen
humano 14 por lo
tanto, procederé a remover este
pueblo y Yo los removeré, y destruiré la sabiduría del sabio,
y ocultaré el entendimiento de los prudentes." (Isaías
29:9-14 Traducción Kadosh Israelita Mesiánica Diego Ascunce 2003).
ִמצוָוה MITSVAVH = Mandamiento.
Si
desglosamos este prodigio grande y espantoso enviado por Yahweh a los profetas
o videntes del Antiguo Pacto, entenderemos por qué a los judíos no les fue
revelada la existencia de la Trinidad.
1. Les puso un espíritu de sueño (rúaj de
letargo).
2. Andarían como un borracho sin
haber tomado vino.
3. Cerró los ojos espirituales
de sus profetas.
4. Puso velo sobre las cabezas
de sus videntes para que no pudieran leer el libro profético.
5. Fue sellado el libro (rollo)
profético, por si algún profeta estando aún ciego, sordo, somnoliento y con
velo puesto tuviera la osadía de querer leerlo.
6. Extinguió los dones divinos de
sabiduría e inteligencia en los entendidos. Ciertamente se entregaría la
profecía pero nadie podría discernirla y explicarla, hasta que llegara Yahshúa
Ha Mashíaj el único digno de Elohim YHWH.
7. Irremediablemente se
extinguiría la sabiduría de los sabios.
8.
Los prudentes
que tenían un gran entendimiento e inteligencia, ya no serían más.
Cuando JESÚS el Hijo de Dios visitó a su nación, corroboró que el
castigo estaba latente; a pesar de la multitud de sabios y entendidos que había
en Judá, el pueblo no pudo comprender las parábolas.
“10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por
parábolas?11 El
respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del
reino de los cielos; mas a ellos no les es dado. 12 Porque a
cualquiera que tiene [sabiduría], se le dará, y tendrá más;
pero al que no tiene [sabiduría], aun lo que tiene le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden” (Mateo
13:10-13).
Los apóstoles de nuestro Señor se encontraban en el mismo dilema que
los judíos, al ser descendientes de Jacob, era obvio que no entendieran las
parábolas de su Maestro:
“30 Habiendo salido de allí, caminaron por Galilea; y no quería que nadie lo supiese. 31 Porque
enseñaba a sus discípulos, y les decía: El
Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después
de muerto, resucitará al tercer día. 32 Pero
ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de
preguntarle” (Marcos
9:30).
¿El castigo de Dios verdaderamente los alcanzó? Por supuesto.
Porque la paga por el pecado
es muerte espiritual.
Pero,
específicamente ¿qué pecados cometió el pueblo judío para que sus sentidos
espirituales fueran opacados o casi nulos? Judá era un pueblo que no se apartaba del mal,
muy lejos estaba del arrepentimiento, el profeta Isaías explica parte por parte
los pecados del pueblo judío:
“1 El Brazo de YAHWEH
no es muy corto para salvar, ni su oído está muy entumecido para oír. 2 Antes bien, son sus propias iniquidades que los separan de
su Elohim; sus pecados han escondido Su rostro de ustedes, de este modo como
para no tener misericordia con ustedes. 3 Porque sus manos están manchadas de sangre y sus dedos con pecados; sus labios
hablan iniquidad, sus lenguas meditan en cosas perversas. 4 Nadie demanda con justa causa, ni hay juicio verdadero,
ellos confían en vanidades, y
hablan palabras huecas; ellos conciben problemas y dan a luz iniquidad. 5 Incuban huevos de víbora, y tejen telas de araña; cualquiera que coma sus huevos
muere, y del huevo machacado salen serpientes. 6 Sus telarañas son inservibles
para vestir, sus obras son inservibles como ropa, porque sus obras son
obras de iniquidad. 7 Sus pies
corren a la perversidad, se apresuran para derramar sangre inocente, sus
pensamientos son pensamientos de asesinato, y la miseria está en sus caminos. 8 No conocen la senda de Shalom, y tampoco hay juicio en sus sendas, hacen sendas
torcidas para sí mismos; cualquiera
que las ande nunca conocerá Shalom. 9 Por esto
la justicia está lejos de ellos, y
la rectitud no los alcanza; buscaron la luz, pero la oscuridad vino sobre
ellos, mientras esperaban claridad, pero andaron en perplejidad. 10 Andamos a tientas por el muro como hombres ciegos; como
gente sin ojos palpamos nuestro camino; tropezamos al mediodía como si fuera el crepúsculo,
estamos en lugares oscuros como los muertos. 11 Gruñimos como osos,
todos nosotros y gemimos lastimosamente como palomas; buscamos la
justicia, pero no hay ninguna; la salvación, pero está lejos de nosotros. 12 Porque nuestra iniquidad es grande ante ti, nuestros
pecados testifican contra nosotros; porque nuestras iniquidades están presentes con nosotros; nuestros
pecados, los conocemos muy bien. 13 Rebelándonos y negando a YAHWEH, apartándonos de seguir a
nuestro Elohim, hablando palabras injustas, y hemos sido desobedientes,
pronunciando mentiras que nuestros corazones concibieron” (Isaías 59:1-13 Traducción Kadosh Israelita
Mesiánica Diego Ascunce 2003).
Debido
a esta conducta rebelde y pecaminosa del pueblo judío, Yhwh T´sevaot escondió
su rostro. Su ira, su indiferencia y su silencio serían por más de cuatrocientos
años.
CAPÍTULO
XVII
LA NUEVA
REVELACIÓN
A TRAVÉS DEL NT
La revelación es por medio de
Jesucristo.
Desde
la última palabra profética de Miqueas pasaron más de cuatrocientos años, para
que Dios hablara por medio de su mensajero Juan el Bautista, el cual tenía el Espíritu
profético de Elías.
Y el
día de la visitación de Yahweh T´zevaot se cumplió en Yahshúa Ha Mashíaj. Solamente
el Hijo tuvo el poder y la autoridad para dar palabra profética, abrió el “libro” que
había cerrado el Padre en el AT., y comenzó a revelar el evangelio de la salvación
a sus discípulos. La palabra profética y las obras de Iesús Xristo demostraron que
él era el Hijo de Dios, pero tristemente no fue creído por los suyos; lo
persiguieron, lo encarcelaron, lo torturaron y lo crucificaron, para que todo
se cumpliese conforme a las Escrituras del AT.
Cuando Cristo resucitó, les abrió el
entendimiento a todos sus discípulos para que pudieran leer y comprender las
Escrituras del
AT:
”44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era
necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés,
en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Lucas
24:44-45).
Tristemente, al resto del pueblo judío no se les
quitó la restricción, ¿acaso no persiguieron al Gran Maestro y a sus discípulos?
Estando
ya glorificado por el Padre, Cristo Jesús le reveló el misterio del evangelio al
apóstol Pablo. Lamentablemente los judíos no aceptaron el mensaje de la nueva
revelación, aquel misterio escondido desde los siglos:
“1 Por esta
causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles;
2 si es que
habéis oído de la administración de la
gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; 3 que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito
brevemente, 4 leyendo
lo cual podéis entender cuál
sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, 5 misterio que en otras generaciones no se
dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos
apóstoles y profetas por el Espíritu: 6 que los gentiles
son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por
medio del evangelio, 7 del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de
Dios que me ha sido dado según la operación de
su poder. 8 A mí, que soy menos que el más pequeño de
todos los santos, me fue dada esta
gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo, 9 y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; 10 para que la
multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer
por medio de la iglesia a los principados y
potestades en los lugares celestiales, 11 conforme al propósito eterno que
hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, 12 en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por
medio de la fe en él” (Efesios
3:1-12).
El
apóstol Pedro enseñó que la revelación del misterio oculto se recibe mediante el
Espíritu Santo:
“10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a
vosotros, inquirieron y diligentemente
indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y
qué tiempo indicaba el Espíritu de
Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los
sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. 12 A éstos se les reveló
que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son
anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo
enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles” (1Pedro
1:10-12).
¿Por
qué hasta los ángeles tienen el anhelo de conocer el evangelio de Jesucristo? Porque
solo el evangelio de Cristo revela la sabiduría oculta de Dios y lo más
maravilloso es que los cristianos van a tener el privilegio de anunciar esta
sabiduría de Dios a los ángeles.
La
sabiduría de Dios está predestinada para todo aquel que pone fe en su Hijo
Jesucristo:
“6 Sin
embargo, hablamos sabiduría entre los que han
alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este
siglo, que perecen. 7 Mas
hablamos sabiduría de Dios en
misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para
nuestra gloria, 8 la que
ninguno de los príncipes de este
siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al
Señor de gloria” (1Corintios 2:6-8).
A partir del
reinado de Josías, el Abba Kadosh castigó a los profetas del AT con sueño,
ceguera, sordera, ignorancia, con un velo puesto en el rostro y con el “libro” sellado
permanentemente; pero a los apóstoles de Jesús se les suministró ministerios,
dones para poder leer y entender los misterios ocultos del AT, para poder ver y
oír las revelaciones sobrenaturales que Dios estaba preparando para ellos y
para todos aquellos que le aman y creen en Cristo Jesús:
“9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de
hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman“ (1Corintios 2:9).
El Espíritu de revelación es el mismo con el Espíritu
Santo, y él mora dentro de Dios y dentro del creyente, de esta manera los
misterios han sido revelados:
“10 Pero Dios nos las
reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios”
(1Corintios 2:6-10).
Jesucristo, por medio de su
evangelio reveló los misterios ocultos de Dios Padre, para que los creyentes
puedan comprender, interpretar y traducir sin distorsionar el Antiguo y Nuevo
Testamento. Pero sobre todo, para que los creyentes crean que existe un Padre
que por amor nos perdona; un Hijo que por amor nos redime y un Espíritu
Santo que nos ama, nos anhela y nos convierte en su morada, para que los
creyentes puedan exclamar con poder y gloria ¡¡Abba Padre!!
¿Cuánto perdieron los judíos al
rechazar al que murió en la cruz?
El
lugar y el día ya estaban preparados para la redención de los judíos, pero a
causa de su ceguera espiritual desecharon y crucificaron al portador de la
Shekinah, a Yahshúa Ha Mashíaj, al deseado de las naciones, al ángel del
Pacto. Tristemente, cuando los hebreos rechazaron y condenaron a muerte al Hijo
de Dios, también rechazaron al Espíritu de revelación, rechazaron la promesa
del Abba Kadosh que sólo se recibe por medio de la fe en Jesucristo.
Desde
hace muchos siglos el profeta Jeremías dejó muy claro que Israel y Judá habían
invalidado el pacto mosaico por la dureza de sus corazones:
“31 He aquí que vienen días,
dice Jehová, en los cuales haré nuevo
pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de
la tierra de Egipto; porque ellos
invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová”
(Jeremías 31:31-32).
Y
de la manera que los judíos invalidaron el Antiguo Pacto, igualmente rechazaron
el Nuevo Pacto cuando crucificaron al Hijo de Dios. De modo que los ojos y los
oídos del pueblo hebreo quedaron entenebrecidos perpetuamente, haciéndose enemigos
del evangelio (Romanos 11:28).
Pregunto, la
iglesia del Antiguo Pacto siendo muy dura de corazón y carente de fe ¿habría de
recibir el Espíritu de revelación de parte de Cristo Jesús?
Definitivamente no. Aún en estos tiempos los extraños que se aferran a la ley, es decir, los
judaizados ¿Cómo podrán entender y explicar el misterio de la Trinidad?
Paradójicamente,
el propio JESÚS llegó a sentir pesar por la incredulidad de un pueblo que había
sido bien instruido por la ley de Moisés. Pues la ley, el tutor temporal tenía
el propósito de entregar a los judíos en las manos del Hijo. En cierta ocasión Cristo
exclamó:
“37 ¡Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!
¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos
debajo de las alas, y no quisiste! 38 He aquí vuestra casa os es
dejada desierta. 39 Porque os
digo que desde ahora no me veréis, hasta que
digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo
23:37-39).
Por
ridículo que parezca, el evangelio que
estaba destinado para el pueblo judío a través de Jesucristo fue desechado.
¿Cuántas señales y obras poderosas hizo Jesús a favor de ellos? A pesar de todo
le pidieron a Poncio Pilatos que lo crucificara.
Otro
rasgo muy relevante es, cuando los apóstoles recibieron el Espíritu de revelación,
testificaron sobre la vida y obra del Hijo de Dios. Su amor y pasión por la
humanidad, el perdón de los pecados, la vida eterna y las promesas inmutables
de Dios. Los apóstoles de Jesucristo pusieron el fundamento del NT, siendo Jesucristo
la piedra angular. ¡¡Es una gran bendición para nosotros los creyentes que el
Hijo dirigiera su mirada hacia nosotros los ex gentiles!! ¡¡Es admirable tener al
Hijo de Dios en nuestras vidas, Aleluya!!
Cuando
el apóstol Pablo recibió el llamamiento del Hijo camino a Damasco, el Cristo de
la gloria ya había resucitado, ya había sido glorificado por su Padre. Por fe, el
apóstol recibió el Espíritu de revelación para tener el
conocimiento del evangelio. También subió en espíritu hasta el tercer cielo
para ser un verdadero testigo del evangelio de Jesucristo.
Aquellos
misterios
ocultos que no fueron revelados a la iglesia del Antiguo Pacto mediante
la ley; fueron revelados a la iglesia del Nuevo Pacto mediante el Espíritu
Santo.
Las parábolas.
Cuando el Hijo
de Dios visitó a los suyos, confirmó que la casa de Judá permanecía ciega y
sorda espiritualmente, conforme a la palabra profética de Isaías. Ni los judíos
ni los maestros de la ley entendían siquiera las parábolas:
“10 Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por
parábolas? 11 El
respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del
reino de los cielos; mas a ellos no
les es dado. 12 Porque a
cualquiera que tiene [sabiduría], se le dará, y tendrá más;
pero al que no tiene [sabiduría], aun lo que tiene [de
sabiduría] le será quitado. 13 Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no
ven, y oyendo no oyen, ni entienden. 14 De manera que se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dijo: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo
veréis, y no percibiréis. 15 Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, Y
con los oídos oyen pesadamente, Y han cerrado sus ojos; Para que no vean con
los ojos, Y oigan con los oídos, Y con el corazón entiendan, Y se conviertan, Y
yo los sane. 16 Pero bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros
oídos, porque oyen. 17 Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis, y no lo
vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron” (Mateo 13:10-17).
En Roma, el
apóstol Pablo convocó a los judíos principales para entregarles la nueva
revelación de Dios: El evangelio de Cristo:
“20 Así que por esta causa
os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy
sujeto con esta cadena. 21 Entonces
ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni
ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. 22 Pero querríamos oír de ti lo
que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla
contra ella. 23 Y habiéndole señalado un día, vinieron a él
muchos a la posada, a los cuales les declaraba y les testificaba el reino de
Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por
la ley de Moisés como por los profetas. 24 Y algunos asentían a lo que se decía, pero otros no creían. 25 Y como no estuviesen de acuerdo entre sí, al retirarse, les dijo Pablo esta
palabra: Bien habló el Espíritu Santo por medio del profeta Isaías a nuestros
padres, diciendo: 26 Vé a este pueblo, y
diles: De oído oiréis, y no
entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis; 27 Porque
el corazón de este pueblo se
ha engrosado, Y con los oídos oyeron pesadamente, Y sus ojos han cerrado, Para
que no vean con los ojos, Y oigan con los oídos, Y entiendan de corazón, Y se
conviertan, Y yo los sane. 28 Sabed,
pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán.
29 Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión
entre sí” (Hechos 28:20-29).
¿La
comunidad judía en Roma tuvo la disposición para aceptar el misterio oculto destinado
para ellos? Definitivamente no, la incredulidad de la comunidad judía fue evidente,
la palabra profética de Isaías quedó confirmada. Y en pleno siglo XXI la
prohibición de Yahweh permanece latente en sus corazones: No ven, ni entienden
espiritualmente, y esta carencia es un obstáculo para convertirse al Cristo de
la gloria, no pueden ser sanados por lo tanto no pueden recibir lo que ya
reveló el Elohim de ellos, y nuestro también.
Si
los apóstoles de la unicidad son sinceros e inteligentes comprenderán que están en
las mismas condiciones de los judíos, es de vital importancia que atiendan la
reprensión del apóstol Pablo:
“1 ¡Oh gálatas insensatos! ¿quién os fascinó para no obedecer a la
verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente
entre vosotros como crucificado? 2 Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras
de la ley, o por el oír con fe? 5 Aquel,
pues, que os suministra el Espíritu, y hace
maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las obras de la ley, o por el oír con
fe?” (Gálatas 3:1-2, 5).
Bendito
sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues si por la ley fuera la
salvación y la vida eterna ¿Qué hubiera de nosotros los ex gentiles? Sin Cristo
ya estaríamos extintos.
CONTINÚA…
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