CAPÍTULO
IX
LA INMANENCIA
“¿No crees que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras”.
En
el capítulo 3 analizamos Deuteronomio 6:4 a partir del concepto de la
unidad compuesta Ejád, ahora analizaremos el mismo versículo a partir
de otro concepto diferente: LA INMANENCIA. Como dije anteriormente, existen muchas perspectivas,
muchas formas de plantear el mismo argumento a partir de diferentes conceptos y
criterios. Así que les invito a disertar sobre la inmanencia
(cualidad de inmanente) para eliminar cualquier duda sobre la Trinidad.
Inmanente (Del lat. immanens, entis, part. act. de
immanere, permanecer en). Adj. Fil. Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su
esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella. DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA.
Otro
Diccionario lo explica de otra manera:
INMANENTE.
Que es interno a un ser o a un conjunto de seres, y no es el resultado de una
acción exterior a ellos.
Inmanencia f. Cualidad de inmanente.
La
inmanencia
nos ayuda a entender y aceptar el concepto teológico de la Trinidad. El Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo son exactamente como el agua, iguales en Deidad, atributos, naturaleza
y sustancia.
La inmanencia
entre ambos pactos, el AT y el NT.
Es
curioso que hasta el Antiguo y el Nuevo Testamento sean absolutamente
inmanentes, a pesar de que están escritos en idiomas y culturas muy distintas
están íntimamente unidos por su alto contenido cristocéntrico. El AT tiene la
palabra profética que habla sobre la venida del Mesías y el NT tiene el
cumplimiento de la llegada del Mesías. El AT y el NT hablan sobre la inmanencia
de Elohim, de una manera más abundante, más fuerte y más definida.
No
sé si la palabra inmanente sea aristotélica, platónica o quizás surgió de la
escolástica católica, lo que sí sé, es que al aceptar el Nuevo Testamento
escrito en griego koiné, tengo la obligación de atender y entender el
pensamiento, la cultura, la ideología, la antropología, la historia y hasta la
filosofía helenista tal como lo hemos hecho con el idioma hebreo porque todo
esto está incluido en los idiomas.
Por
ejemplo, la palabra Hades era muy conocida entre el vulgo griego, y ésta
encierra un amplio concepto. Hades es el infierno griego, similar al infierno
hebreo, el Sheol. Al mismo tiempo Hades representa al dios del infierno o del
inframundo. Nuestro Señor Jesucristo utilizó varias veces esta palabra para decir
que existe de verdad un lugar de tormento llamado Hades.
El
Nuevo Testamento menciona la palabra Hades más de 10 veces y no es una palabra
propiamente hebrea. Por lo tanto es imposible prescindir de la cultura
helenista. Es triste que algunos cristianos fanáticos se molesten con el
pensamiento, la ideología y el idioma griego, yo les sugiero en el amor de
Cristo que no se enojen con Dios, porque Él en su inescrutable sabiduría tomó
la decisión de hablarle al mundo entero en una lengua de tartamudos. Pues ya
desde tiempos mileniales Isaías había profetizado:
“11 porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo” (Isaías 28:11 RV60).
Y el apóstol Pablo confirmó el cumplimiento de esa palabra
profética:
“21 En la ley está escrito: En otras lenguas y con otros labios hablaré a este
pueblo; y ni aun así me oirán, dice el Señor” (1Corintios 14:21 Biblia RV60).
Algunos judíos o judaizados
tratan de desvirtuar al griego koiné, en lugar de decir Alfa y Omega dicen
Alef-Taf haciendo a un lado el idioma original del NT. Según los inconformes,
el griego NO es la lengua oficial de
Elohim. Sin embargo, después de 430 años de silencio, a nuestro Abba Kadosh le
plació hablarles a los judíos y al mundo entero mediante una lengua extraña. La
palabra profética de Elohim nunca regresa vacía, está demostrado que Él siempre
cumple sus propósitos. Ahora Elohim les habla a los hijos de Israel en lengua
extraña tal como Isaías lo profetizó y es sorprendente que los judíos más ortodoxos
estén cerrando sus ojos para no ver y sus oídos para no oír, negándose rigorosamente
a aceptar la nueva revelación de YHWH por medio del evangelio de Iesús Cristo.
La inmanencia
en Elohim en el AT.
En
capítulos anteriores analizamos Deuteronomio
6:4, evidentemente vimos que utiliza dos palabras hebreas que expresan
pluralidad: Elohim אֱלֹהֵינוְּ H430 y Ejád
אֶחָדֲ H259.
“4 ¡Sh'ma, Yisra'el! יהוה Eloheinu, יהוה ejad [¡Escucha, Yisra'el! YAHWEH nuestro Elohim, YAHWEH uno
es]” (Deuteronomio 6:4
Traducción Kadosh Israelita Mesiánica
Diego Ascunce 2003).
שְׁמַעֲH8085 יִשְׂרָאֵלH3478 יְהוָהH3068 אֱלֹהֵינוְּH430 יְהוָהH3068 אֶחָדֲH259
Este
texto aparte de expresar pluralidad también expresa inmanencia.
La palabra Elohim
tiene una connotación singular y plural. Las palabras hebreas El
y Elohe
significan Dios en singular (Génesis 33:20). Pero, cuando se le agrega la
última sílaba “im” para decir Elohim, entonces cambia el significado,
de singular a plural: Dioses. Como ya se dijo anteriormente la pluralidad es evidente
en la palabra Elohim, además la palabra Elohim se encuentra más de 2312 veces
en el A. T.
Aunque
no es bíblica la palabra inmanente, ayuda a entender el concepto
trinitario en la Escrituras. Más de cuatro textos bíblicos hablan de la inmanencia
de Elohim.
Nuestro Elohim inmanente habló en plural:
“26 Entonces dijo Elohim: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra
semejanza” (Génesis 1:26 Versión Israelita Nazarena, Revisión 2011).
La
Septuaginta también demuestra que Dios se expresa en plural:
26 καὶ εἶπεν ὁ
θεός
Ποιήσωμεν ἄνθρωπον
κατ᾿
Y dijo
el Dios hagamos
a el hombre según
εἰκόνα ἡμετέραν καὶ καθ᾿ ὁμοίωσιν,
imagen nuestra y según semejanza,
(Génesis 1:26 La Septuaginta).
Hagamos: Verbo, tiempo aoristo, voz activa, modo
subjuntivo, primera persona plural.
Nuestra: Adjetivo, caso acusativo, plural,
femenino.
Y
en otras ocasiones se dice en singular que Elohim formó al hombre:
“7 Entonces Yahweh Elohim
formó al hombre del polvo de la tierra.
Sopló en su nariz el aliento de vida, y el hombre vino a ser un ser viviente” (Génesis 2:7 Versión Israelita Nazarena, Revisión 2011).
Pero después, nuestro Elohim
vuelve a hablar en plural:
“22 YAHWEH Elohim dijo: "¡Aquí está, Adam se
ha hecho como uno de nosotros,
conociendo el bien y el mal! Ahora, para prevenir que extienda la mano y
también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma, y viva para siempre
–" (Génesis 3:22 Traducción Kadosh Israelita
Mesiánica – Diego Ascunce 2003).
La
Septuaginta dice que Dios se expresa en plural, nosotros:
καὶ εἶπεν ὁ θεός
Ἰδοὺ Αδαμ
Y dijo el Dios he aquí
el hijo del hombre
γέγονεν ὡς εἷς ἐξ ἡμῶν
ha llegado a ser quién
uno de nosotros”
(Génesis 3:22).
La palabra griega ἡμῶν (jimón) significa nosotros, es un pronombre personal, caso genitivo,
primera persona plural, género masculino.
Y por último, Elohim dice:
“7 Vamos, descendamos,
y confundamos su idioma, para que uno no entienda
el lenguaje del otro” (Génesis 11:7 La Torá – Daniel ben Itzjak
Traducción de la Biblia basad en el Talmud, el Midrash y las fuentes judías
clásicas).
Observe que la Septuaginta no
miente, son tres palabras que Dios habló en plural:
δεῦτε καὶ καταβάντες συγχέωμεν ἐκεῖ αὐτῶν τὴν γλῶσσαν,
Vamos y descendamos confundamos allí
de él
la lengua,
ἵνα μὴ ἀκούσωσιν
ἕκαστος
τὴν φωνὴν τοῦ πλησίον.
a fin de no entiendan
a cada uno el idioma
de el compañero.
(Génesis 11:7).
δεῦτε / Vamos:
Verbo,
tiempo aoristo, voz activa, modo subjuntivo, primera persona plural.
καταβάντες / Descendamos: Verbo, tiempo aoristo, voz activa, modo
subjuntivo, primera persona plural.
συγχέωμεν / Confundamos: Verbo, tiempo aoristo, voz activa, modo
subjuntivo, primera persona plural.
¿Con
estas evidencias Bíblicas podríamos negar que Dios sea plural e inmanente?
Yahweh el Padre y Yahweh el Hijo y Yahweh el Espíritu Santo son una unidad
compuesta, un Eájd, la Biblia no indica que se trata de la misma persona.
La inmanencia de Elohim en el NT.
“27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie
conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel
a quien el Hijo lo quiera revelar” (Mateo
11:27 Biblia RV60).
En primer lugar, ¿qué cosas le entregó el Padre
al Hijo? La revelación de la Trinidad. Aquella revelación que les fue prohibida
a los hijos de Jacob según Isaías 29:9-14 le fue entregada al Hijo y aquel a
quien el Hijo lo quiera revelar.
Si lo duda, observe que Iesús Cristo le dice a su
discípulo Pedro que la revelación sobre el Hijo la ha recibido directamente del
Padre:
15 El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo? 16 Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. 17 Entonces le respondió Jesús:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni
sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:15-17 Biblia RV60).
¿Estaba Pedro diciendo que el Padre era una
manifestación de Jesús? Claro que no, le dijo que era el Hijo del Dios
Viviente.
Y para que ustedes amados lectores no duden de la
buena traducción de la RV60 pueden corroborarlo con la Septuaginta griega:
“15 ἀποκριθεὶς δὲ Σίμων Πέτρος εἶπε·
Habiendo respondido pero
Simón Pedro dijo:
σὺ εἶ ὁ Χριστὸς ὁ Υἱὸς τοῦ Θεοῦ
τοῦ ζῶντος”
tú estás siendo
el Cristo el Hijo
de el Dios
de el Viviente.
(Mateo 16:15 Biblia RV60).
Mateo 11:27
Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; Jua_3:35, “El
Padre ama al Hijo, y todas las cosas ha entregado en su mano” y
nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, Jua_10:15 y aquel a quien el Hijo quiera
revelar. - Nos contentamos con la revelación (las Escrituras) para nuestro conocimiento del
Hijo y del Padre y del Espíritu Santo. No conviene afirmar nada acerca de Dios
que no sea revelado en las Escrituras. La fe de los discípulos de Cristo no se
basa en especulaciones y credos humanos, sino en la revelación que Dios nos ha
dado.
Sin embargo, este texto se ha citado para criticar a los
que defendemos la Deidad de Cristo, pero la defendemos porque muchos enseñan
error (modernismo) sobre este tema. No sólo los testigos del Atalaya y los
“sólo Jesús” y otros sectarios, sino también algunos hermanos en Cristo, pues
dicen que cuando Jesús vino al mundo se despojó del uso de los atributos
divinos y que no usó (demostró) ningún atributo divino ni una sola vez durante
su vida aquí en la tierra. Esto niega Jua_20:31.
También niega que Cristo perdonó
pecados por su propia autoridad (Mat_9:6)
y niega que Cristo era adorado por varias personas (Mat_2:2;
Mat_28:17; Jua_9:38,
etc.). Es un error grave enseñar que
debemos ser indiferentes hacia la
controversia sobre la Deidad de Cristo, porque hay modernismo en la predicación de algunos hermanos y si logran destruir la fe
de algunos en la Deidad de Cristo, destruyen también su esperanza de la
salvación eterna. Véase Jua_8:24; Jua_8:58.
COMENTARIO AL NT WAYNE PARTAIN Y BILL H. REEVES.
¿Qué otras cosas le entregó el Padre al Hijo? La
autoridad para hacer juicio.
“26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo; 27 y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre”
(Juan 5: 26 Biblia RV60).
Es evidente por la Escritura misma que el Padre y
el Hijo son absolutamente distintos; sin embargo, el verso más conocido que
expresa inmanencia dentro de Elohim es Juan 10:30:
“30 Yo y el Padre uno
somos”.
Ustedes
amados lectores, jamás van a encontrar un solo texto en el NT griego donde Jesucristo
diga: “Yo y el Padre somos el mismo”,
o que diga: “Yo soy el mismo Padre”, si lo
llega a encontrar entonces puede tacharme de ser un mitómano y el modalismo
sabeliano verdaderamente existe.
La RV tradujo Juan 10:30 con exactitud de la Septuaginta:
ἐγὼ καὶ ὁ πατὴρ ἕν ἐσμεν.
“Yo y el Padre uno estamos siendo”.
Utilizando el Diccionario en
código de análisis Morfológico veremos que el texto griego no miente, Jesús verdaderamente
habló de inmanencia.
εγω Yo Pronombre personal-1ª
persona, caso Nominativo, número Singular.
και “y”
Conjunción.
ο el Artículo definido, caso Nominativo,
número Singular, género Masculino.
πατηρ Padre Adjetivo, caso
Nominativo, número Singular, género Masculino.
εν uno Adjetivo-caso
Nominativo, número Singular, género Neutro.
εσμεν estamos siendo
Verbo-tiempo Presente, voz Activa, modo Indicativo-1ª
Persona, número Plural.
Si ustedes amados lectores
observan, la palabra “uno”
NO es
un artículo
indeterminado
sino un adjetivo singular en género neutro como si se tratara de una
misma persona, pero, como las palabras “estamos siendo”
están en plural, designan
evidentemente a más de 2 sujetos.
Nuestro
Señor Jesucristo demostró que el Padre y el Hijo conforman la Ejád
o unidad
compuesta, que son inmanentes, que comparten la misma naturaleza y la
misma sustancia. Compruébelo con esta traducción Mesiánica:
“30 Yo y Mi Abba somos Ejad y en un acuerdo” (NT
Escrituras del Nombre verdadero).
Espero
que con tantos textos vivos y tangibles que hablan sobre la inmanencia
en el seno de la Trinidad los neosabelianos no tachen estos textos de
“espurios”.
El
texto favorito de los apóstoles de Sabelio es Juan 14:10, ellos infieren que al decir el Señor
Iesús Cristo “el Padre en mí”, quiso dar a entender
que se trataba de la misma persona:
“10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre
en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:10).
Sin embargo, la sintaxis no puede oscurecer el texto, cuando el Señor Iesús Cristo
dice: “yo soy en el Padre, y el Padre en mí”, significa que todo
cuanto dice y hace el Señor Jesús no es por
iniciativa propia, hay otro Ser que lo posee, que lo inspecciona, que tiene
autoridad sobre él, para que realice toda obra de expiación, de justificación y
de santificación que se le ha encomendado.
Por eso cuando nuestro Señor dice:
“4 Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese” (Juan 17:4 Biblia RV60).
La pregunta es: ¿Quién le dio
la obra a nuestro Señor Jesucristo para que la realizara? El Padre. Si creemos
que Jesús se ha encomendado a sí mismo la obra ¿no será mera confusión y
locura?
Pues la Septuaginta griega
dice:
ἐγὼ ἐν τῳ
πατρὶ
καὶ ὁ πατὴρ
ἐν
ἐμοί ἐστιν;
yo
en
el Padre
y el Padre en
mí está siendo? (Juan 14:10).
La
palabra ἐγὼ está en primera persona singular caso nominativo,
mientras que la palabra πατρὶ está
en primera persona singular caso dativo. Después, se invierten los lugares,
ahora la palabra πατὴρ está
en primera persona, singular, caso nominativo y las palabras “ἐν ἐμοί” (en mí) están en primera persona singular caso dativo. Por
medio de los casos gramaticales se puede demostrar que el Padre y el Hijo no
son lo mismo, sino dos personas distintas.
Los
arrianos
(testigos de Jehová) enseñan que Jesús quiso decir que Él y su Padre son uno,
pero solamente en propósito, esto en parte es verdad, pero si el evangelio de
Jesucristo sólo se enfoca al propósito y no a la inmanencia de los 3
Vivientes Todopoderosos entonces tendríamos una información casi nula de
quiénes son y lo que son. Los apóstoles de Sabelio (de la Nueva Luz, iglesia pentecostal unida) enseñan que JESÚS es
uno, es el mismo con el Padre y el Espíritu Santo, y como es Todopoderoso tiene
el poder de manifestarse en tres modos, a veces como el Padre, a veces como el
Hijo y a veces como el Espíritu Santo, pero esas enseñanzas no tienen sustento
bíblico, como ha quedado demostrado.
Otro
texto que expresa inmanencia plena entre Elohim y el creyente es 1Corintios 6:17.
“17 Pero el que se une
al Señor, un espíritu es con él”.
Según la teoría de los
apóstoles de Sabelio el Padre el Hijo y el Espíritu Santo son modos de Jesús. Partiendo
del argumento de ellos, también los humanos podríamos ser otro modalismo de sólo
Jesús a causa de la inmanencia.
He aquí estaré presente.
Dios es un solo Dios, Dios es Espíritu y hay un
solo Espíritu en Dios, ese Dios que es un solo Dios, el único Dios por la
urgencia del pecado prometió venir a salvar, la Biblia dice Oseas 13:4 “Yo soy Jehová tu Dios no conocerás otro dios fuera de mí”,
Porque no dijo no conocerás otro dios pero hay otro Salvador o somos dos
Salvadores tal vez tres con el Espíritu Santo, pero el Señor dijo: “No hay otro
salvador no conocerás otro dios ni otro salvador” Isaías 43:11. “Yo Jehová fuera de mí no hay quién salve” Isaías
33:22. “porque Jehová es nuestro rey, es nuestro
legislador, él mismo nos salvará.
¿Quién va a venir a salvar? Jehová mismo vendrá a
salvar el ha prometido” Isaías 35:4 dice: “he aquí que
vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará” ¿Cuál
Dios, el Padre el Hijo o el Espíritu Santo? No, hay un solo Dios y es un
Espíritu. Ese Espíritu de Dios de Dios llámelo Padre, Elohim, Adonai, Jehová,
ese Dios prometió venir a salvar, Isaías 52:6; 25:9 etc.
Jehová cumplió su promesa y vino literalmente a
salvar la humanidad y Jehová se ha manifestado en carne. Como Dios es Espíritu
y no podía tomar el lugar del sacrificio entonces decidió en su amor a la
humanidad tomar forma de siervo y hacerse semejante a los hombres Flp. 2:7; Timoteo
2:16. Dios fue manifestado en carne ¿Cuál Dios, Dios Padre, Dios Hijo, el Dios
Espíritu Santo? Dios es un solo Dios y Dios es Espíritu.
(JORGE
MENDIZÁBAL APÓSTOL NEOSABELIANO DE LA IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA).
El evangelio de Jesucristo hace un
marcado énfasis de la inmanencia que prevalece entre el
Padre el Hijo y el Espíritu Santo. Observe que en el libro de Isaías el Padre dijo
que estaría presente ante el pueblo judío, pero no estaba hablando de sí mismo,
sino de su amado Hijo Jesucristo el apóstol de apóstoles, en cierta ocasión el Padre dijo:
“6 Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta
causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente” (Isaías 52:6).
Es
evidente que los judíos tenían la certeza de que el Padre no vendría
personalmente al mundo.
El
pueblo judío sabía que el Mesías vendría de parte de Yahweh:
“9 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que
viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (Mateo 21:8-9).
Para ver la gran diferencia entre el Padre y el Hijo
por favor analicemos el libro de Zacarías 2:9-11:
En el verso 9 el Hijo habla en primera persona singular
asegurando que Jehová de los ejércitos lo envió:
“9 Porque he aquí yo alzo mi mano
sobre ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de los
ejércitos me envió.
En el verso 10 el Hijo avisa su advenimiento en
medio de Sión porque lo ha dicho una segunda persona, YHWH.
“10 Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio
de ti, ha dicho Jehová.
En el verso 11, el Hijo habla de nuevo en primera persona
singular reiterando que una segunda persona, YHWH, lo ha enviado.
“11 Y se unirán muchas naciones a Jehová en aquel
día, y me serán por pueblo, y moraré en medio de ti; y
entonces conocerás que Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti” (Zacarías 2:9-11).
Según
el profeta Zacarías ¿Quién visita la tierra el Padre o el Hijo? ¿El que envía y
el enviado son la misma persona?
Preparad camino a
Jehová.
Primero dice el AT:
“3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro
Dios. 4 Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y
collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. 5 Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha
hablado” (Isaías 40:3-5).
Presencia
personal y gloria no son lo mismo, Isaías dice que toda carne vería la
gloria de Jehová, y esa gloria de Jehová es Cristo Jesús.
Después
en el NT Juan el Bautista dice:
“2 Arrepentíos, porque el reino de los cielos se
ha acercado. 3 Pues éste [Jesús] es aquel de quien habló el profeta Isaías, cuando dijo: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, Enderezad sus sendas” (Mateo
3:2-3).
Isaías
dijo que toda carne vería la gloria de Jehová, pero no a Jehová
el Padre, sino a Jehová el Hijo. ¿Sí recuerda lo que dijo Jesucristo y sus
apóstoles Juan y Pablo? Que Dios Padre
habita en luz inaccesible, ningún hombre lo ha visto ni lo puede ver. El Hijo
fue el que lo dio a conocer. Y sin duda alguna Cristo Jesús es el resplandor de
la gloria del Padre (Hebreos 1:3).
Y mirarán a mí.
Primero
dice el AT:
“10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los
moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se
llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el
primogénito” (Zacarías 12:10).
En este texto el Padre habla en
primera persona singular, diciendo que lo mirarán clavado en la cruz. No obstante el NT dice que al Padre ningún ser humano le
ha visto jamás. Entonces ¿quién fue traspasado con una lanza en su costado? El
Hijo.
Después
dice el NT:
“46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? (Mateo 27:46).
Cuando nuestro Señor Jesucristo
estaba en la cruz se sintió desamparado ¿Quién lo abandonó en un momento tan
crítico? La respuesta es muy simple, Iesús estaba clamando a Elí, a su Dios y
Padre. El evangelista NO explica que JÉSÚS está suplicándose socorro a
sí mismo. La Escritura es clara: Hay uno en la tierra clamando al que está
sentado en el trono celestial.
También
agrega el NT:
“33 Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron
ya muerto, no le quebraron las piernas. 34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. 36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura:
No será quebrado hueso suyo. 37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron” (Juan
19:33-37).
Lo
que es el Padre mismo, su magnificencia, su grandeza, su gloria y su poder
impiden que él recurra a una kénosis. El Padre NO
puede anonadarse para tomar la semejanza de siervo y recibir tortura y muerte
en manos de su creación, dicho de otra manera, la creación no pudo tener el
privilegio ni la potestad para torturar y sacrificar al Dios majestuoso (μεγαλωσύνης) al Padre, al Máximo Hacedor.
Se doblará
toda rodilla.
Primero
dice el AT:
“23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca
salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda
rodilla, y jurará toda lengua” (Isaías 45:23).
Isaías por inspiración divina profetizó que Jehová
fue el que pronunció este juramento.
Pero
el NT dice:
“10 para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios
Padre (Filipenses 2:10-11).
El apóstol Pablo NO dice que el creyente debe
doblar su rodilla en el nombre del Abba Kadosh YHWH sino en el nombre de Iesús.
Toda rodilla debe doblarse y toda lengua debe confesar que Jesucristo es el
Señor, ¿PARA LA GLORIA DE QUIÉN? DE DIOS PADRE. En Yahshúa Ha Mashiaj está guardado el nombre
de Su Padre Yahweh, por eso, quién honra al Hijo honra al Padre (Juan 5:23).
Y te pondré por pacto al pueblo.
Isaías 42:1-8 es el pasaje donde Jehová habla
directamente a su Hijo. Jehová maneja perfectamente el lenguaje humano y utiliza
el pronombre en primera persona singular “Yo”, cuando se refiere a una tercera persona utiliza el pronombre personal “él”. Jehová
utiliza el adjetivo posesivo “mí” para decir que el siervo, el escogido es de su
pertenencia. Jehová el Padre para referirse a una segunda persona utiliza
el pronombre personal “te”:
“1 He aquí mi
siervo, yo le sostendré; mi escogido,
en quien mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu; él traerá justicia a
las naciones. 2 No gritará, ni alzará su voz, ni la hará oír en
las calles. 3 No quebrará la caña cascada, ni apagará el
pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá justicia. 4 No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. 5 Así dice Jehová Dios, Creador de los
cielos, y el que los despliega; el que extiende la tierra y sus productos; el
que da aliento al pueblo que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella
andan: 6 Yo Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano; te guardaré
y te pondré
por pacto al pueblo, por luz de las naciones, 7 para que abras
los ojos de los ciegos, para que saques
de la cárcel a los presos, y de casas de prisión
a los que moran en tinieblas. 8 Yo Jehová; este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas” (Isaías 42:6-8).
Los
pronombres personales demuestran que Jehová y el siervo, el escogido no
son la misma persona. El modalismo de Sabelio es una mentira fácil de
descalificar.
El
apóstol Mateo cita el texto de Isaías, utiliza los mismos pronombres personales
de primera y segunda persona para distinguir al primero del segundo:
“17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: 18 He aquí mi
siervo, a quien he escogido; Mi
Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio” (Mateo 12:17-18).
El Padre que
mora en sus Hijos.
El
pasaje que marca una huella muy profunda respecto a la inmanencia entre el Padre
y el Hijo es Juan 14:10:
“10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:10
Biblia RV60).
Cuando
Iesús Cristo dijo “el Padre que mora en mí” no
quiso decir que el Padre es lo mismo con el Hijo. Aunque Iesús Cristo tomó de
María la naturaleza humana, jamás se
desprendió de su naturaleza divina. Este verso demuestra la inmanencia tan
perceptible y tangible entre Padre e Hijo. Esta inmanencia o Ejad se da de la
misma manera entre el Padre y sus hijos, ya sean celestiales o terrenales
¿Acaso no somos el templo del Espíritu Santo?
La
inmanencia
entre el Padre y su Hijo, la inmanencia entre rl Padre y sus
hijos se puede ver con toda claridad te en el NT, en Juan 17 particularmente:
“19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también
por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en
nosotros; para que el mundo crea que tú me
enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno,
así como nosotros somos uno. 23 Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me
enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:19-23 Biblia RV60).
En Juan 17 nuestro Señor Jesucristo está orando
al Padre y le pide que haya una inmanencia entre el Hijo y los
creyentes, también le pide que esa misma inmanencia exista entre él y su
Padre, para que todos sean un Ejád, perfectos en UNIDAD.
“19 Y por ellos Yo Me
santifico, para que ellos también sean kadosh en la emet. 20 Mas Yo no hago tefillah
solo por éstos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra
de ellos, 21 Para que ellos
sean ejad. Como Tú, Abba, estás ConMigo, y Yo ConTigo, que también ellos sean ejad con Nosotros: para que el olam hazeh
crea que Tú Me enviaste. 22 La tifereth que
Me diste les he dado; para que sean ejad, así como Nosotros somos ejad: 23 Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados
en ejad; y que el olam hazeh conozca que Tú Me enviaste, y que les has amado,
como también a Mí Me has amado” (Juan 17:19-23 Traducción Mesiánica NT Escrituras del Nombre
Verdadero).
Constate el pensamiento hebreo, el concepto Ejád
es más que explícito.
La Biblia demuestra que Satanás conoce muy bien las
Escrituras. El diablo le dijo a nuestro Señor “porque escrito está”:
“5 Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad,
y le puso sobre el pináculo del templo, 6 y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque
escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti” (Mateo 4:5-6).
El padre de la mentira puede ejercer una poderosa influencia
negativa en cualquier cristiano indocto para que distorsione las Escrituras. De
modo que si alguien presume tener nueva luz o nueva revelación y presenta
teorías anti-evangelio, ni siquiera debemos decirle ¡Bienvenido! (2Juan 1:9-11).
Y la Palabra estaba siendo hacia a el
Dios.
Dice la Nueva Versión Purificada, traducción de los
neosabelianos:
“1 En principio era La Palabra, y La Palabra era con Dios, y La Palabra
era Dios” (Juan 1:1).
No existe otro texto que explique con más claridad
la existencia de dos Vivientes Todopoderosos distintos entre sí como lo hace Juan
1:1, su sintaxis demuestra que hay 2 individuos definitivamente distintos al
interior de la Deidad. Para evitar confusiones se expone la misma traducción
sabeliana y se ha dividido en tres secciones A, B y C.
Sección
A
᾿Εν ἀρχῃ ἦν ὁ
Λόγος,
En principio
era/estaba siendo la Palabra.
Sección
B
καὶ ὁ Λόγος ἦν πρὸς τὸν Θεόν,
y la Palabra era/estaba
siendo hacia a el Dios
Sección
C
καὶ Θεὸς
ἦν
ὁ Λόγος.
y Dios
era/estaba siendo la Palabra.
Juan 1A dice: “En el principio era/estaba siendo la Palabra”
Logos (Λόγος) es Jesucristo, y el apóstol Juan dice que en el
principio de la creación Logos (Λόγος) ya existía. Esto demuestra que Jesucristo a pesar
de ser Hijo, Unigénito y Primogénito
siempre será eterno. Note usted que en las secciones A, B y C Λόγος es el núcleo del
sustantivo. El apóstol Juan jamás da a entender que el Logos (Λόγος) y Θεόν (a el Dios) son la misma persona.
Juan 1B Dice: “y la Palabra
estaba siendo hacia a el Dios”.
Observen amados lectores que NO dice: “y la Palabra es el mismo Dios”, más bien, está indicando que la procedencia de Logos
(Λόγος) o
sea Iesús Cristo es hacia a el Dios.
Gramaticalmente, la frase “la Palabra” está en caso nominativo, pero la
frase “a el Dios”
están en caso acusativo, demostrando de esta manera que “la Palabra” es el núcleo del sustantivo y “a el Dios” es
el objeto directo, por lo tanto, “la Palabra” y “a el Dios” no son la misma persona.
En el griego koiné la palabra πρὸς determina la
procedencia de Iesús Cristo. πρὸς es
una preposición de movimiento, de dirección y de relación, en
caso acusativo, esta preposición señala el lugar, el tiempo, la ocasión, o con respecto a, que es el destino de la relación, πρὸς
significa hacia,
acceso a, o cercanía a el Dios.
Iesús
Cristo procede del interior de Dios y sale por la boca de Él. Concedo a cualquiera el
beneficio de la duda, usted puede reservarse el derecho a rechazar este
argumento, pero antes mire lo que expresa el rey David en el Salmo 33:6:
“6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los
cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento
de su boca” (Salmo 33:6).
El
rey David nos muestra aquí que palabra y aliento
son exactamente lo mismo, y que ambos
salen por la boca de Jehová. Cristo Jesús es la Palabra y el aliento de vida
eterna. La pregunta es ¿Por dónde salen las palabras, por los codos o por la
boca? Este Salmo apoya el argumento expresado en Juan 1:1, pues tanto el Rey
David y el apóstol Juan hablaron por el mismo Espíritu de Dios. Por lo tanto, es imposible que ὁ Λόγος
(Iesús Cristo) sea la misma persona con τὸν Θεόν (a el Padre).
Juan 1C Dice: “y Dios era / estaba
siendo la Palabra”.
Aquí el texto habla de la deidad de Iesús Cristo. En
la sección C la palabra “Dios” no es un sustantivo, es un adjetivo que califica lo que
es Iesús Cristo; esta sección certifica
que el Hijo es Dios Verdadero y Todopoderoso. En la sección C el sujeto o núcleo del sustantivo sigue siendo ὁ Λόγος (Iesús Cristo), observe que “Θεὸς” (Dios) y “ὁ Λόγος” (la Palabra) están en caso nominativo indicando que se trata de la
misma persona.
Inmanencia plena.
Tal vez podríamos decir que solo un dedo o un
cabello del Hijo no forman parte de lo que es Dios Padre. Sin embargo, Cristo
Jesús aún siendo humano compartió la misma sustancia y naturaleza del Padre:
“19 por cuanto agradó al Padre que en él
habitase toda plenitud” (Colosenses 1:19-2:9).
Pregunto,
aunque Cristo Jesús era 100% humano ¿Habitaba en él toda la plenitud de la
Deidad o solo una pequeña Parte?
La
Biblia de los neosabelianos torció Colosenses 1:19 en forma indiscriminada
compruébenlo ustedes mismos:
“ya que agradó que en sí mismo
habitara toda la plenitud”
Pero
la Septuaginta nos puede ayudar a resolver esta confusión:
ὅτι ἐν αὐτῳ εὐδόκησε πᾶν τὸ πλήρωμα
κατοικῆσαι
“porque en
él pensó bien toda
la plenitud habitar”
Dios
pensó que en él (en Cristo) habitara toda la plenitud de lo que es Dios. La mal
nombrada Versión Purificada mutiló las palabras “en él” ἐν αὐτῳ y agregó las
palabras “en sí mismo).
Bajo
la luz de la Exégesis veremos que la palabra αὐτῷ es un pronombre personal en tercera persona que
significa “él”, caso dativo, singular, masculino. Esto indica que una
persona está recibiendo la deidad de Otra.
La
expresión pensó bién (εὐδόκησε) es
un verbo en tiempo aoristo, voz activa, modo infinitivo. Entonces,
la
voz activa corresponde al que pensó bien en darle a él
(αὐτῷ) toda
Su plenitud divina. Jesucristo lleva el pronombre en tercera persona él
(αὐτῷ) y se encuentra en
caso dativo (recibiendo), ¿Qué traducción pervierte los hechos? ¿Qué traducción
está más cerca de la verdad? Es obvio que la que pervierte los hechos es la NVP
y la que traduce fielmente es la RV60.
Cuando
el apóstol Pablo dijo la frase “corporalmente”, ¿se refirió al cuerpo carnal o
al cuerpo glorificado de nuestro Señor Iesús Cristo?
“9 Porque en él habita corporalmente toda la plenitud
de la Deidad” (Colosenses 2:9).
Aunque
Cristo Jesús no tenía un cuerpo glorificado, él no podía morir, en cierta
ocasión dijo:
“17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino
que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder
para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre” (Juan 10:17-18).
Y
la epístola a los Hebreos demuestra que el Amado no tenía un cuerpo glorificado
cuando venció al diablo el cual tenía el imperio de la muerte:
“14 Así que, por cuanto los hijos
participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir
por medio de la muerte al que tenía
el imperio de la muerte, esto es, al diablo” (Hebreos 2:14 Biblia RV60).
Esta
exposición demuestra que en el Hijo habita
corporalmente toda la plenitud de la Deidad aún en la posición
de siervo
seguía siendo Dios verdadero. El Padre nunca abandonó su alta posición, su
gloria y su grandeza para convertirse en el Hijo del Hombre. Recuerde, “A Dios nadie le vio jamás”.
Ciertamente nuestro señor Iesús
Cristo se despojó de su investidura divina
pero nunca se despojó de su naturaleza divina.
Aunque nuestro
Señor Jesucristo era 100% humano, evidentemente es 100% Dios y por supuesto es inmanente
con el Padre en sustancia y naturaleza.
En el seno del Padre.
El
apóstol Juan dijo que el Hijo está en
el seno o interior del Padre, jamás dijo que estaba a un lado de Él.
“18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito
Hijo, que está en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer” (Juan 1:18 Biblia RV60).
La palabra seno en griego
significa kólpos:
G2859 κόλπος kólpos aparentemente palabra primaria; seno; por
analogía bahía: ensenada, regazo, seno (de Abraham).
DICCIONARIO STRONG EN ESPAÑOL.
SENO. (Del lat. sinus.) m.
Concavidad o hueco. // Pecho humano. // Por eufemismo, pecho de mujer, mama. //
Regazo. // fig. Parte interna de algo. // Arq. Espacio entre los
trasdoses de arco o bóvedas contiguas. // Geogr. Golfo. // Mat. Valor
del cociente entre el cateto opuesto a un ángulo por la hipotenusa en un
triángulo rectángulo.
GRAN DICCIONARIO
ENCICLOPÉDICO MCGRAW HILL ILUSTARDO.
Cristo Jesús estaba en el interior del Padre. Por
eso, cuando Yahweh dijo: “y fuera de
mí no hay
Dios”, no quiso decir que se encontraba solo.
“6 Así dice Jehová Rey de Israel, y su
Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (Isaías 44:6 Biblia RV60). Es verdad, Dios no
puede mentir, fuera de Él no hay Dios.
¿Pero dentro
del Padre quienes están? Según Juan 1:18, el Hijo está en el seno del Padre:
“18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito
Hijo, que está en el seno del Padre,
él le ha dado a conocer” (Juan 1:18).
Según 1Corintios 2:10-11, el Espíritu Santo está en
el interior de Dios.
“10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo
escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios” (1Corintios 2:10-11).
A partir de Isaías 44:6, Juan 1:18 y 1Corintios
2:10-11 se puede mirar el concepto inmanente,
tres Entidades compartiendo la misma deidad, sustancia y naturaleza, y si son inmanentes, luego entonces los tres
han compartido y seguirán compartiendo los mismos atributos de Omnipotencia,
Omnipresencia, Omnisciencia, Inmutabilidad y Eternidad, ¿alguna objeción?
Iesús no consideró ser igual a su Padre.
Según Filipenses 2:6, de los 3 miembros de la
Trinidad el único que practicó la kénosis
es Cristo Jesús, Pablo testificó que el Hijo aunque es Dios no se
aferró a su posición de Dios, nunca consideró arrebatar en forma violenta el
lugar Supereminente que ostenta Su Padre.
“6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse” (Biblia RV60).
La traducción griega de la
Septuaginta habla con mucha claridad de una actitud humilde de Cristo. El Hijo nunca consideró arrebatar
violentamente la posición de su Padre, al contrario, se humilló y se
hizo obediente y por esta causa hay alguien que lo exaltó hasta lo sumo,
el Padre.
Verifique la Septuaginta en
griego koiné:
ὃς ἐν μορφῇ
Θεοῦ ὑπάρχων
quien en forma
de Dios existiendo
οὐχ ἁρπαγμὸν
ἡγήσατο
no
a (un) arrebatar violento dio consideración
τὸ εἶναι ἴσα Θεῷ,
a el ser igual a Dios” (Filipenses 2:6 Septuaginta).
Literalmente, el Hijo tiene un
Padre. Filipenses 2:6 es el texto más claro de todo el
NT donde nos explica que el Hijo siendo Dios verdadero nunca consideró
arrebatar violentamente el lugar
Supereminente que ostenta Su Padre.
Observe con mucha atención que el Hijo se anonadó,
se hizo nada, se despojó de su investidura Divina pero nunca de su naturaleza
Divina.
Todo esto lo puedo demostrar con la ayuda de la Exégesis, y
con los textos griegos. Sea extremadamente cauteloso exija y demande claridad
en cuanto a la forma de traducir, primero revise la RV60:
“9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta
lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre” (Filipenses
2:9 Biblia RV60).
Primero observe las palabras καὶ ὁ Θεὸς marcadas con color amarillo las
cuales significan: “también el Dios”, precisamente los neosabelianos para negar la
existencia del Padre mutilaron estas tres palabras y las cambiaron por las
palabras su Divinidad.
Primero observe el Códice
griego de 1860:
La pregunta es, ¿Qué hizo el
Dios? Exaltó a Iesús Cristo hasta lo sumo dándole un nombre que es sobre todo nombre.
Insisto, ¿de quién recibió el Hijo la exaltación? De Dios.
Ahora observe detalladamente cómo
tradujeron los neosabelianos.
“Por esa causa su Divinidad
también lo exaltó hasta lo sumo, dándose un
Nombre que es sobre todo Nombre” (Filipenses 2:9 Nueva Versión
Purificada).
¿Podría un atributo abstracto carente de
personalidad exaltar a alguien? De ninguna manera. Al negar la existencia del
Padre es obvio que se niega la existencia del Hijo. El que niega al Padre y al
Hijo es anticristo (1Juan 2:22). Los
neosabelianos en su traducción tuvieron el descaro de quitar las palabras καὶ ὁ Θεὸς (también el Dios) y pusieron su
propia versión de la verdad escribiendo “la Divinidad suya”,
cuyas palabras no están escritas en el texto original.
El Diccionario Robinson en código de
análisis morfológico nos explica que la palabra θεῖος “divinidad”
NO es
un sustantivo, es un adjetivo y está en género neutro, indicando que la Deidad
no es “alguien”, sino “algo”. Entonces ¿cómo es posible
que ese “algo” pueda tener la dinámica para exaltar a “alguien”?
θεῖος
Función
gramatical: Adjetivo.
Caso: Nominativo (el sujeto).
Número: Singular.
Género: Neutro.
Para los neosabelianos fue
fácil ocultar las evidencias, y aunque Filipenses 2:6 demuestra claramente la inmanencia
entre el Padre y el Hijo, ¿qué los hace diferentes? La AUTORIDAD. El Hijo nunca consideró arrebatarle violentamente la autoridad
al Padre para ser iguales. La autoridad es determinante porque marca
una gran diferencia entre el Padre y el Hijo celestial, de igual manera sucede
con los papás e hijos terrenales.
En el libro de Apocalipsis el propio Señor Iesús
Cristo dice que se ha sentado al lado de su Padre:
“21 Al que venciere, le daré que se siente
conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su
trono” (Apocalipsis 3:21).
Por favor
investigue, indague, supervise y compare, no hay razón para actuar como un zombi.
Yo creo que no debemos permitir la imposición de doctrinas extrañas. Arrio,
Fotino, Sabelio y otros dejaron una herencia de errores heréticos, por eso es
necesario conocer la Historia de los falsos apóstoles para rechazar toda
doctrina diabólica.
CAPÍTULO
X
LA INMUTABILIDAD
“Porque yo Jehová no cambio”. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los
siglos”.
De
todos los conceptos que hay en este tratado, el de la inmutabilidad destaca más, pues
derriba indiscutiblemente el modalismo o las tres manifestaciones de JESÚS que
enseñan los neosabelianos. La inmutabilidad es la parte antagónica de la inmanencia. Mientras que la inmanencia habla de unidad
compuesta, de Ejád, misma sustancia y misma naturaleza, la inmutabilidad habla de individualidad,
de caracteres distintos, de egocentrismo, del yo mismo.
La
inmutabilidad se relaciona con el
carácter y la personalidad de cada uno de los miembros de la Trinidad. Las
Sagradas Escrituras tienen evidencias contundentes de que el Padre el Hijo y el
Espíritu Santo son distintos y la inmutabilidad que habita en cada uno
de los tres Vivientes Todopoderosos es evidente.
Definición de la palabra Inmutable en los
Diccionarios.
1.
Que no puede ser cambiado o alterado.
2.
[persona] Que no se inmuta o es propenso a no
inmutarse por nada.
Según el Diccionario
Larousse la palabra INMUTABLE significa:
Que no puede
ser cambiado. // Que no se inmuta.
Otros
Diccionarios agregan otra regla más: Que no puede ser transferido.
DEFINICIÓN DE ABC TU DICCIONARIO MÁS FÁCIL.
Definición de Inmutable. El término inmutable
presenta dos usos igualmente de extendidos… por un lado a aquello que no cambia
bajo ninguna situación o condición se lo denomina comúnmente inmutable. “El
valor de venta de este sillón es inmutable, no formará parte de la rebaja
anual”. Y por otra parte, cuando alguien se caracteriza por presentar
un ánimo inalterable, también bajo cualquier circunstancia o condición, se dirá
de él que se muestra inmutable. “Juan se mantuvo inmutable toda la noche, ni
siquiera realizó una mueca de diversión”. Entonces, se dice que algo es
inmutable porque no se encuentra sometido a la condición del tiempo, que como sabemos
resulta ser el requisito necesario del cambio.
Vía Definición ABC
El AT y el NT hablan con mucha claridad de la inmutabilidad de los tres
miembros de la Trinidad. Aunque
los tres Vivientes Todopoderosos comparten la
misma Divinidad, atributos, sustancia y naturaleza,
son absolutamente diferentes no pueden modificarse, que para poder
distinguirse el uno del otro no pueden intercambiar la estructura de su propio
ser o de lo que representan.
Ningún Viviente Todopoderoso puede transferir sus funciones inherentes
a otro, ninguno de ellos puede usurpar la identidad del otro,
tampoco pueden intercambiar sus rasgos. El Padre no puede transformarse o adoptar la posición de Hijo o
Espíritu Santo; el Hijo no
puede transformarse o adoptar la posición de Padre o Espíritu Santo. Tampoco el
Espíritu Santo puede
transformarse o adoptar la posición de Padre o Hijo. Los tres Vivientes Todopoderosos a pesar de ser inmanentes obviamente muestran una diferencia total en algunos aspectos.
La palabra “mismo”.
mismo significa que usted y yo no somos el, o lo(a)
mismo(a). Mismo
significa: Yo y no otro. Mismo NO significa: Yo soy el otro. Por ejemplo, mi esposa y yo somos uno, somos una Ejád
o unidad compuesta; sin embargo, mi esposa puede estar en viaje de negocios en un
extremo del país y yo en el otro, pero seguimos siendo una sola carne, NO somos la misma persona porque
pertenecemos a sexos distintos.
Jesucristo nuestro Dios y Salvador, es, ha sido y seguirá siendo el Hijo
mismo, desde la eternidad y hasta la eternidad. ¿Cómo podría IESÚS
cambiar la estructura externa de su Ser para usurpar una personalidad que no le
corresponde? El concepto de la inmutabilidad nos ayuda a entender
que Jesús es Hijo de Dios, es Eterno, es Primogénito y es Unigénito del Padre, el
Hijo es uno totalmente diferente al Padre en personalidad. ¿Existen textos que
individualicen o identifiquen a cada uno de los miembros de la Trinidad por
separado? ¡Claro que sí!
Jesús el mismo de siempre pero no es lo mismo con el Padre o con el
Espíritu Santo. El apóstol Pablo inspirado por el Espíritu de
Dios utilizó la palabra mismo para
identificar por separado a cada uno de los miembros de la Trinidad.
Se dice que el Espíritu Santo otorga dones:
“4 Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo“ (1Corintios 12:4 RV60).
¿Es el Padre o el Señor Jesucristo quién otorga
los dones? No, no es el mismo, es otro, es el Espíritu Santo.
Se dice que Iesús Cristo otorga ministerios:
5 Y hay diversidad de ministerios,
pero el Señor es el mismo” (1Corintios 12:4 RV60).
¿Es el Padre o el Espíritu Santo quien otorga los
ministerios? No, no es el mismo, es otro, es el Señor
Jesucristo.
Se dice que el Padre opera en la logística:
6 Y hay diversidad de operaciones,
pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo” (1Corintios 12:4 RV60).
¿Es el
Hijo o el Espíritu Santo quién realiza las operaciones? No, no es el mismo,
es otro, es el Padre.
La inmutabilidad del Padre.
En el AT, el profeta Malaquías dice que el Padre es inmutable:
“6 Porque yo Jehová no cambio” (Malaquías 3:6).
El Padre siempre seguirá siendo el Abba Kadosh, Él nunca ha sufrido ni
sufrirá cambios en sus características esenciales (origen, personalidad, identidad
y carácter).
Y en
el NT, el apóstol Santiago también dice que el
Padre es inmutable:
“17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de
lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de
variación” (Santiago 1:17).
Sabemos que Santiago conoció personalmente a Cristo Jesús pues era su
hermano carnal y lo distingue fácilmente como el Hijo; sin embargo, aquí
distingue a la primera persona de la Trinidad como el Padre de las luces. Jehová
el Padre tiene características propias que lo distinguen como Padre y no como
Hijo ni como Espíritu Santo.
La inmutabilidad del Hijo.
El concepto de la inmutabilidad derriba la teoría unitarista
de los neosabelianos; define la individualidad de cada uno de los miembros de
la Trinidad, no permite el intercambio o transmutación de un Ser a otro.
Derriba sin objeción alguna el falso concepto de las tres manifestaciones de
Jesús. El Hijo de Dios tiene características propias que lo distinguen como
Hijo y no como Padre ni como Espíritu Santo.
Primero dice el rey David sobre el Hijo:
“27 Pero tú eres el mismo, Y tus años no se acabarán” (Salmo 102:27).
Después el autor de Hebreos nos confirma que 102:27 está hablando acerca del Hijo:
“10 Y: Tú, oh Señor, en el principio fundaste la
tierra, Y los cielos son obra de tus manos. 11 Ellos perecerán, mas tú permaneces; Y todos ellos
se envejecerán como una vestidura, 12 Y como un vestido
los envolverás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo, Y tus años no acabarán” (Hebreos
1:10-12).
Después el rey Salomón dice sobre el Hijo:
”23 Eternamente tuve el
principado, desde el principio,
Antes de la tierra” (Proverbios 8:23).
Y el apóstol Pablo añade:
“8 Jesucristo es el
mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:8).
También el Sacerdocio inmutable de IESÚS es una de las funciones que marca
la diferencia entre el Padre y el Hijo:
“21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos
sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le
dijo: Juró el Señor [el Padre], y no se arrepentirá: Tú eres
sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec. 22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto. 23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la
muerte no podían continuar; 24 mas éste, por cuanto permanece para
siempre, tiene un sacerdocio inmutable” (Hebreos 7:21-24).
Si
a Iesús Cristo le corresponde el lugar de fiador ¿ante quién defiende la causa
de los sentenciados? Es imposible que el Padre pueda ejercer la función de Sacerdote, porque Él es el Rey y Soberano, Él
ha recibido desde la eternidad y hasta la eternidad exaltación y adoración de
parte de su Hijo Jesucristo y de toda la creación.
No
existe un solo texto paralelo
del Antiguo Pacto donde el Padre haya dicho:
“Yo soy el camino la verdad y la vida” (Juan 14:6), porque
este texto aplica exclusivamente al Hijo.
La gloria del Hijo es desde los tiempos aídios o aiónios, nunca
fue efímera, es, ha sido y será eterna:
“5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes
que el mundo fuese” (Juan 17:5).
Antes
de encarnar en el vientre de María, el Hijo es, ha sido y será el Rey y
Sacerdote inmutable, quién eternamente ha ministrado al único inmortal, al Dios
invisible, al Padre de las luces.
La inmutabilidad del Espíritu Santo y cualidad de ser Intrínseco.
Una de las cualidades del Espíritu Santo es la de ser inmutable,
tiene características propias que lo distinguen como Espíritu
Santo y no como Padre ni como Hijo. En el AT, el profeta Isaías distingue a
Jehová y al Espíritu de Jehová como dos Entidades distintas. Otra de las cualidades
del Espíritu Santo es su poder de ser intrínseco, Él procede del
Padre y del Hijo; sin embargo, el Padre y el Hijo no son intrínsecos, no
proceden del Espíritu Santo, pues ni el AT ni el NT lo demuestran.
Aquí el profeta Isaías habla de Jehová:
“10 He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he
aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. 11 Como pastor apacentará su rebaño; en su
brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a
las recién paridas” (Isaías 40:10-14 Biblia RV60).
Después el mismo profeta distingue a la segunda entidad, al Espíritu
de Jehová:
12 ¿Quién midió las aguas con el hueco de
su mano y los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra,
y pesó los montes con balanza y con pesas los collados? 13 ¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole? 14 ¿A quién pidió consejo para ser
avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le
mostró la senda de la prudencia? (Isaías 40:10-14 Biblia RV60).
Observe que el profeta Isaías habla de la Omnipotencia
de Jehová, y de la Omnisciencia del Espíritu Santo.
Nuevamente observe cómo dos profetas distintos hacen
una gran diferencia entre Jehová y el Espíritu de Jehová.
Primero dice el profeta Isaías:
“1 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha
agravado su oído para oír; 2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho
ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:1-2).
Después dice el profeta Miqueas:
“7 Tú que te dices casa de Jacob, ¿se ha
acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son
estas sus obras? ¿No hacen mis palabras bien al que camina rectamente?” (Miqueas 2:7).
El NT hace distinción plena de la individualidad
del Espíritu Santo. Primero el apóstol Pablo dice que en el creyente mora el Espíritu
de Dios; pero después le da un giro de 180o a su enseñanza y
lo describe como el Espíritu de Cristo:
“9 Mas vosotros no vivís según la carne,
sino según el Espíritu, si es que el Espíritu
de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él” (Romanos 8:9).
¿Espíritu de Dios y Espíritu de Cristo son lo mismo que Espíritu Santo?
Si la respuesta es positiva, entonces el agion pneuma (Espíritu Santo) mora
en el Padre y en el Hijo. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, y
tiene el poder para morar en el creyente.
En el AT Dios prometió que derramaría su Espíritu Santo sobre todo
aquel que invocare el nombre de Jehová:
“28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros
hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes
verán visiones. 29 Y también sobre los siervos y sobre las
siervas derramaré mi Espíritu en
aquellos días. 30 Y daré prodigios en el cielo y en la
tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo. 31 El sol se convertirá en tinieblas, y la
luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. 32 Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo” (Joel 2:28-32).
Y el NT da por realizada la promesa de Dios, que se efectuó el día de
pentecostés en Jerusalén, el apóstol Pedro utiliza la primera llave para que
los judíos recibieran la esperada promesa, al Espíritu Santo:
“2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento
recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;
3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras
lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen” (Hechos 2:2-4).
Y Jehová derramó de su Santo Espíritu en el día del Pentecostés sobre
los que discípulos de Iesús Cristo.
“14 Entonces Pedro, poniéndose en pie con
los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que
habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. 15 Porque éstos no están ebrios, como vosotros
suponéis, puesto que es la hora tercera del día. 16 Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: 17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y
vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros
ancianos soñarán sueños; 18 Y de cierto sobre
mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y
profetizarán. 19 Y daré prodigios arriba en el cielo, Y
señales abajo en la tierra, Sangre y fuego y vapor de humo; 20 El sol se
convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, Antes que venga el día del
Señor, Grande y manifiesto; 21 Y todo aquel que
invocare el nombre del Señor, será salvo” (Hechos 2:14-21).
Y el apóstol Pablo confirma que la promesa de Dios sigue vigente en
pleno siglo 21 y lo seguirá siendo hasta que Jesucristo le lleve a usted y a mí
en el arrebatamiento:
“16 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y
que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el
cual sois vosotros, santo es” (1Corintios 3:16).
¿El Espíritu Santo es intrínseco en el creyente? Por supuesto:
”19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, el cual está
en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1Corintios 6:19).
Y Santiago reitera que Dios ha hecho morar en los creyentes su Santo
Espíritu, el cual nos anhela celosamente:
“5 ¿O pensáis que la Escritura dice en
vano: El Espíritu que él ha hecho morar
en nosotros nos anhela celosamente?” (Santiago 4:5).
El
Espíritu Santo es intrínseco en el Padre y en los creyentes:
“9 Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de
hombre, Son las que Dios ha preparado para los que le aman. 10 Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. 11 Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas
del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie
conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios 12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo,
sino el Espíritu que proviene de Dios,
para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” (1Corintios 2:9-12).
El
Espíritu Santo procede de Cristo Jesús y lo hizo intrínseco en sus
profetas:
“10 Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a
vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, 11 escudriñando qué persona y qué tiempo
indicaba el Espíritu de Cristo que
estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo,
y las glorias que vendrían tras ellos (1Pedro 1:10-11).
Nunca encontraremos en el NT que el Padre y el
Hijo pueden habitar en el interior del Espíritu Santo, es todo lo contrario. Su
inmutabilidad
y su poder de ser Intrínseco en la Deidad y en el creyente demuestran que el
Espíritu Santo es uno diferente al Padre y al Hijo.
CAPÍTULO
XI
JESUCRISTO,
LA IMAGEN, LA GLORIA Y
LA SUSTANCIA DE DIOS.
“El es la imagen
del Dios invisible, el primogénito de toda creación”.
“el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia”.
El Nuevo Testamento NUNCA habla
de la imagen y sustancia de Jesucristo; SIEMPRE está
hablando de la imagen y sustancia del Padre, las evidencias de
la Biblia son más que contundentes.
Jesús el ícono del Dios.
La Biblia no habla de la imagen propia de Jesucristo,
al ser el ícono de Dios significa que JESÚS carece de imagen propia:
“15 El es la imagen
del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15).
La Septuaginta griega lo expresa con más
claridad:
ος εστιν εικων του θεου του αορατου
quien está siendo imagen de el Dios el invisible
πρωτοτοκος πασης κτισεως
primogénito de toda creación” Colosenses 1:15
Observe minuciosamente que la
partícula του es un artículo definido del caso genitivo,
singular masculino. La partícula του tiene el sentido de pertenecía. La imagen
que porta el Hijo no es propiamente de él sino de su Padre. Esto significa que
el Hijo tiene el mismo parecido con el Padre, debido a la inmanencia que prevalece
entre los dos se puede entender que el Hijo posee la misma genética del Padre.
En cierta ocasión el apóstol Felipe le dijo
a nuestro Señor “muéstranos al Padre” ¿cuál fue la respuesta de JESÚS?
“9¿Tanto tiempo hace
que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí,
ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el
Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta,
sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras” (Juan 14:9-10).
En este texto el Hijo Unigénito
habla de 3 cosas importantes:
1.- De su inmanencia con el Padre: (yo soy en el Padre, y el
Padre en mí?).
2.- Que el Padre y el Hijo
tienen el mismo rostro o próswpon.
3.- Que sus discípulos jamás vieron
la imagen del Hijo, sino la del Padre.
No ignoramos que Satanás ha
cegado el entendimiento de los neosabelianos para que no les resplandezca la
luz del verdadero evangelio:
“4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los
incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria
de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2Corintios 4:4 Biblia RV60).
Si el apóstol Pablo tenía el Espíritu Santo en su
vida es imposible que nos haya mentido respecto a la ceguera espiritual.
Jesucristo es la imagen (χαρακτηρ) del
Padre:
“3 y la imagen [impronta] misma de su
sustancia (Hebreos 1:3b Biblia RV60).
Hebreos 1:3b dice que
Jesucristo tiene la imagen del Padre. Los seres humanos no podemos darnos una
idea de cómo es la forma de Dios, por eso el autor de la carta hace la analogía
de una impronta, un grabado que marca, que imprime. La palabra griega que se
usa en este verso es: χαρακτηρ = carácter,
que fue traducida al español como imagen.
Nuevamente, usted puede ver que Cristo NO
presenta una imagen propia de sí mismo, más bien presenta la imagen del
Padre.
Jesucristo es la sustancia o hipóstasis (ὑπόστασις) del Padre.
“3 de su sustancia [hipóstasis]” (Hebreos
1:3c).
El Diccionaro en español de Strong
describe la palabra hipóstasis de esta forma:
ὑπόστασις jupóstasis de un compuesto; sentarse bajo (soporte), i.e.
(figurativamente) concretamente esencia,
o abstractamente asegurar (objectivamente
o subjectivamente): certeza, confianza, sustancia.
El diccionario expositivo de palabras
del Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo W. E. Vine, explica la palabra
hipóstasis más ampliamente:
SUSTANCIA
jupostasis (ὑπόστασις, 5287), lit.,
estar de pie debajo (jupo,
debajo; stasis, estar de
pie), aquello que se mantiene en pie o que es puesto debajo, fundamento,
comienzo; de ahí, significa la cualidad de la confianza que lleva a uno a
mantenerse bajo, soportar, o llevar cualquier cosa a cabo (2 Co 9.4: «nuestra
confianza»; 11.17: «confianza»; Heb 3.14: «confianza»). Con el significado de
«sustancia» se emplea en Heb 1.3, de Cristo, como «la imagen misma» de la
«sustancia» de Dios; aquí el término tiene el significado de la verdadera
naturaleza de aquello a lo que se hace referencia en contraste a la
manifestación externa (véase la cláusula anterior); se refiere a la divina
esencia de Dios existente y expresada en la revelación de su Hijo.
Jesús es resplandor de la gloria de Dios.
“3 el cual, siendo [Jesucristo] el
resplandor de su gloria, (Hebreos 1:3 Biblia RV60).
3 ὃς
ὢν ἀπαύγασμα
τῆς δόξης
Quien siendo
resplandor emitido hacia adelante desde de la gloria
(Hebreos 1:3).
Lea, repase, analice y medite
Hebreos 1:3. Este texto no dice que el resplandor, la imagen y
la sustancia son propiedades de Jesucristo sino del Padre, dicho de otra manera
las propiedades ontológicas que tiene Jesucristo son del Padre:
Según la Septuaginta Jesucristo es el Resplandor o la Luz de YHWH emitida hacia adelante.
No dice que JESÚS emite Luz
propia, Él es la misma LUZ DE YAHWEH EMITIDA HACIA ADELANTE. En este texto podemos
ver a Yahweh sentado en su gran trono emitiendo la Luz de su gloria.
El propio Jesucristo
dijo ser la Luz (Juan; 8:12).
Y sin objeción alguna el apóstol Juan mediante el Espíritu Santo dio testimonio
que el Hijo era la Luz (Juan
1:4-9). De esta manera podemos entender que el Hijo no es el mismo con el
Padre; sin embargo la inmanencia
está presente a simple vista.
¿Cómo podrían los neosabelianos
borrar estas evidencias? Para los neosabelianos es muy fácil ZOMBITIZAR a gente incauta que carece
de entendimiento, pero estoy seguro que no es fácil engañar a Dios mismo con su
propia palabra.
Jesucristo es prosöpón.
En el capítulo II es extensa la
explicación sobre el significado πρόσωπον. En la Trinidad solamente el
Padre y el Espíritu Santo han sido y seguirán siendo 100% Espíritus Invisibles;
sin embargo Jesucristo cuando encarnó en el vientre de María se
convirtió en el Hijo del Hombre. Como todos sabemos, el cuerpo humano con que
nació Jesucristo ahora es glorificado.
En conclusión, Hebreos 1:3 obliga
al lector a entender que IESÚS no es el resplandor de sí mismo, no es el
carácter de sí mismo y no es la hipóstasis o sustancia de sí
mismo, IESÚS es parte de Dios Padre. El Hijo posee cualitativa y
cuantitativamente todas las propiedades de su Progenitor.
CONTINÚA…